Cofradía del Ecce-Homo y Resurrección

ecce homo

FUNDACIÓN

IGLESIA

PRESIDENTE

Siglo XIX

Basílica de la Purísima

D. Joaquín Requena Disla

PASOS

  • Ecce-Homo, Arte Cristiano de Olot, 1942
  • Ángel de la Pasión, José María Molina Palazón, 2013
  • Jesús Resucitado, José María Molina Palazón, 2008

Historia de la Cofradía

Fundada en la 2» mitad del siglo XIX, por los Obreros del Campo. Parece ser que la antigua Imagen del Ecce – Homo, se veneraba en la Ermita de Nuestra Señora de las Nieves, y en 1855, al cerrar ésta, pasó a la Iglesia Vieja. Según D. Miguel Ortuño Palao, fue donación del arzobispo yeclano, Remigio de la Santa Ortega, a principios del siglo pasado.

En 1934, había decaído tanto, que como nota curiosa diremos, que fue acompañado el Cristo, por tan sólo dos nazarenos. La Juventud Masculina Católica, la reorganiza en 1935, estrenando 25 túnicas de damasco rojo y oro, con el capuz de seda rojo. También se reorganizó la banda de cornetas y tambores, con miembros del antiguo gremio, estrenando el trono alumbrado eléctrico.

La imagen desapareció en los sucesos del 36. Se reorganiza después de la guerra, y en 1941, organizan dos corridas de toros.

En 1942, se completa el grupo procesional con tres imágenes más, ya que el Cristo había llegado a nuestra ciudad el 16 de junio del año anterior, costando 1.034 ptas. Las imágenes habían sido adquiridas a los Talleres de Arte Cristiano de Olot (Gerona) es autor del original Manuel Traite.

El 30 de enero de este año, son asignados a esta cofradía los gremios de bares, cafés, restaurantes y fondas, peluquerías, fábricas de aceite de oliva, funerarias, hortelanos, posadas, agentes comerciales y agentes de seguros.

El 20 de julio de 1942, se fusiona con la cofradía de la Dolorosa.

El Ecce – Homo, desde muy antiguo, tiene muchos devotos y prueba de ello son las típicas y tradicionales visitas los tres primeros viernes de marzo. Según una piadosa tradición en estas visitas, rezando tres credos y pidiendo tres cosas, concede una. En estos mismos viernes se le colocan al Cristo unas cintas desde las manos hasta el suelo, las cuales son besadas por los devotos.

Texto extraído de: «Semana Santa en Yecla – Historia y Arte»

de Luis Azorín Soriano, José M. Martí Pérez, Fco. Javier Delicado Martínez.